PALACIO DE JUSTICIA. En la sala 219 de este imponente edificio se ...Giusseppe Schiattarella, capitán de la División de Investigación y Operaciones Especiales del Cuerpo de Carabinieros, y Mauro Velocci, expresidente del consorcio Svemark, empresa que debía construir cárceles modulares en Panamá, declararon ayer ante los magistrados del Tribunal de Nápoles que el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, era el destinatario final de las coimas.
Las declaraciones fueron hechas durante el juicio celebrado ayer en Nápoles en el que está imputado Valter Lavítola, acusado de extorsionar a la empresa Impregilo para que construyera el hospital pediátrico de Veraguas.
De esta manera, dos de los tres testigos citados han corroborado la tesis del fiscal Vincenzo Piscitelli, que sostiene en la acusación que la financiación del hospital
era en realidad un instrumento para “vehicular coimas”, cuyo receptor era Ricardo Martinelli, algo que, desde Panamá, el gobernante justifica alegando que él será recordado como un héroe (ver nota relacionada).
El Colegio de Jueces de la sexta sección A del Tribunal de Nápoles –presidido por la juez Giovanna Cepalluni– también escuchó las deposiciones en la sala 219 del que fuera ministro de Exteriores de Italia, Franco Frattini, cuando se firmaron los contratos entre Finmeccanica y Panamá.
SEIS HORAS DE JUICIO
Uno por uno, los tres testigos ingresaron a la sede judicial para sentarse a la izquierda del pupitre del tribunal, y tras jurar decir la verdad, reconstruyeron, durante más de seis horas, las enigmáticas circunstancias que rodearon la promesa incumplida del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y las presiones de Lavítola –en nombre de Martinelli– para garantizar a Impregilo futuras adjudicaciones de obras.
El capitán Schiattarella destapó, ante la atenta mirada de los jueces, el entramado de compañías ligadas al empresario Rogelio Oruña, hacia las cuales las empresas italianas debían desviar dinero negro, según explicó, mediante contratos de consultoría para hacer llegar las coimas “al bolsillo de Martinelli”.
Por su parte, Velocci –acribillado por la mirada de Lavítola– afirmó que Oruña era “la caja” de caudales de Martinelli, y que la sociedad Agafia Corp. fue constituida por Lavítola para “hacer llegar a Martinelli las coimas que debía pagar Finmeccanica”.
ORUÑA, CAJA REGISTRADORA
En una declaración vaga y errática, Frattini, visiblemente tenso, sostuvo al principio que el hospital iba a ser construido por “razones humanitarias”, que no estaba “en absoluto condicionado a la licitación del Metro de Panamá”, y que pretendía “ser un reflejo de la buena voluntad de las empresas italianas”.
Su tesis ha sido doblemente desmontada. Primero, por el fiscal Vincenzo Piscitelli y después por el abogado de Lavítola, Maurizio Paniz, el cual evidenció que lo exigido a las empresas era la “financiación económica del hospital” y no tanto su construcción solidaria, financiación que debía facilitarse a la empresa IBT –representada por Rogelio Oruña–, convertida en la caja registradora de las presuntas operaciones ilegales.
Frattini añadió que ni el hospital ni las patrulleras de la Guardia de Costas fueran “compensaciones económicas” del Gobierno italiano.
Pero en la audiencia no quedó claro si podían constituir una coima sustitutiva de la inicialmente prevista a través de Agafia Corp. El exministro reforzó su posición al afirmar que Italia nunca ratificó el tratado de doble tributación, razón por la que no está vigente.
En la siguiente audiencia del 5 de junio está previsto que declaren como testigos ante los magistrados el exdirector comercial de Finmeccanica Paolo Pozzessere, co-imputado junto con Lavítola por corrupción internacional en otro proceso en el Tribunal de Roma; el embajador de Italia en Panamá, Giancarlo Maria Curcio, y el periodista de Radio Panamá, Joan Solés, quien también fue citado –una día antes– como testigo en el juicio por corrupción política.

'SERÉ RECORDADO COMO UN HÉROE': MARTINELLI

“Yo estaba feliz y contento que me pidiera Berlusconi [Silvio] de testigo, porque entonces sí paso a la fama”, aseguró ayer el presidente Ricardo Martinelli en una entrevista a TVN.
Estas declaraciones son totalmente opuestas a las que dio el martes 13 de mayo en Telemetro, cuando negó cualquier posibilidad de viajar a Italia en calidad de testigo de Valter Lavítola y del propio Berlusconi.
“No tengo nada que hacer en Italia. Si quieren unas declaraciones mías, yo las doy aquí [en Panamá]”, dijo en ese momento Martinelli, tras conocer que los abogados de Berlusconi, investigado –junto con Lavítola– por la compraventa de parlamentarios de ese país, pidieron su comparecencia como testigo.
¿Qué hizo que Martinelli cambiara de opinión?
Su disposición a ir a Italia ahora cambió al saberse que el Colegio de Jueces del Tribunal de Nápoles rechazó el pasado miércoles la petición de los abogados de Berlusconi de citarlo como testigo. Pero aún está pendiente la solicitud de la defensa de Lavítola para que el Presidente panameño comparezca –en calidad de testigo– en el caso por presunta extorsión a la empresa Impregilo, por el que se juzga a su antiguo amigo Valter Lavítola.
Añadió que “cuando se sepa la verdad, se va a saber que Ricardo Martinelli fue un héroe, que peleó por los intereses de su país”. También mencionó que consiguió seis lanchas patrulleras gratis, la firma del tratado de doble tributación con Italia y firmó un tratado de libre comercio con Europa. Reafirmó que lo más importante será que, en vez de villano, quedará como “héroe”, ya que no permitió nada indebido.

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