Los abogados de Berlusconi habían incluido a Martinelli en la larga lista de testigos que incluye exministros, jefes parlamentarios y presidentes de las principales empresas del país, para que rindiera cuentas ante el Tribunal sobre “los vínculos” con su viejo amigo Lavítola.
En el aula judicial 220 del mastodóntico Tribunal de Nápoles, ante la presencia impasible del reo, la defensa de Lavítola y Berlusconi, ha procedido a un exhaustivo examen de preguntas al capitán del Departamento de Operaciones Especiales que ha conducido la investigación, Giovanni Sebastiano, durante más de siete horas.
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