Rusia cree que se podrá comenzar pronto con la destrucción de las armas químicas de Siria, después de que Damasco prometiera dar su apoyo a los expertos internacionales a su llegada al país, indicó al diarioKommersant hoy, 30 de septiembre, el ministro del Exterior ruso, Seguei Lavrov.

Los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) arribarán mañana martes a Siria. El gas tóxico podría ser destruido incluso en instalaciones móviles como las que posee Estados Unidos, indicó Lavrov.

Además, la resolución de la ONU sobre el tema aprobada el viernes permite su destrucción en el extranjero. Rusia está dispuesta a participar con personal y apoyo financiero, añadió.

El ministro llamó a Occidente a que presione a los rebeldes para que cambien de actitud. "Hay que mandarles una señal de que no tienen que torpedear el proceso", según Lavrov.

Moscú tiene indicios de que los insurgentes planean "provocaciones" e incluso el uso de gas tóxico. La estrategia de Rusia de apostar desde el principio por negociaciones se ha demostrado correcta, agregó el ministro. "Quien mira objetivamente la situación llegará a la conclusión de que nos encontramos del lado correcto de la historia", subrayó.

Mientras tanto, sobre el terreno en Siria 48 brigadas se unieron bajo el comando del líder rebelde salafista Sahran Allush, según muestra un video que recoge un encuentro entre los líderes de los grupos, celebrado en un lugar desconocido.

Allush, de 43 años, era hasta ahora comandante de la brigada Liwa al Islam, que controla varias ciudades pequeñas y pueblos al este de Damasco. Se financia con dinero de Kuwait y Arabia Saudí, según fuentes de la oposición siria.

El dirigente es hijo de un clérigo islámico y estudió también él derecho islámico en Damasco y en Medina, Arabia Saudí. Al parecer en 2009 fue detenido por propaganda salafista y liberado en 2011 al comienzo de la revuelta en Siria.

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